sábado, 11 de junio de 2011

Muerte de Jorge Semprún (1923-2011)

Hace tan sólo unos días, el pasado martes 6 de junio, murió Jorge Semprún, político, escritor, guionista de cine, intelectual y sobre todo, superviviente del campo de concentración nazi de Buchenwald, en el norte de Alemania. No pretendo hacer aquí una exhaustiva y profunda biografía sobre su vida y obra, pero sí resaltar su importancia como figura intelectual dentro de nuestro país, España, precisamente porque aquí no siempre se le ha valorado como debiera, seguramente, nunca como en Francia, nuestro país vecino, donde es mucho más conocido que aquí. Para mí, ha sido un referente cultural e intelectual, desde mi adolescencia, donde a base de leer y releer a veces compulsivamente el diario "El País" o la enciclopedia "Larousse", se convirtió para mí en una figura conocida y en alguien importante para intentar conocer algo de la historia del siglo XX, me ha influido tanto como Günter Grass, Juan Goytisolo, Primo Levi, Antonio Gramsci, Emile Cioran o José Luis Sampedro, por poner sólo algunos ejemplos. De todos ellos, pero sobre todo Semprún Maura, aprendí lo que de verdad significa el compromiso político, la capacidad de autocrítica intelectual individual y colectiva, la crítica y la lucha frente a las desigualdades que provoca el capitalismo, también frente a los totalitarismos (fascismos y estalinismo), vividos por algunos de ellos en primera persona, a veces a favor (juventud hitleriana de Grass o intervención de Sampedro en el bando franquista durante su juventud) o en contra (reclusión en un campo de nazi de Semprún o Levi). Formado intelectualmente en primera instancia en la cultura alemana, quizás lo que hizo que sobreviviera en Buchenwald y luego, por circunstancias políticas del exilio republicano, en la francesa,  siendo la lengua en la que escribió originalmente la mayoría de sus obras, algunas de las cuales me he leído, como la "Autobiografía de Federico Sánchez", que hace referencia a su alias en la clandestinidad franquista como refundador a partir de jóvenes de élites de clase media alta del PCE, y en la que hace una  crónica de la  postura tanto de Fernando Claudín como de él mismo al salirse del PCE  del que hacen una crítica brutal, transparente, sincera y honesta por su postura a favor del estalinismo, crítica tan sólo igualada por el "Archipiélago Gulag" de Solzhenistin o el "Doctor Zhivago" de Boris Pasternak y que sufrieron tantos otros como Trosky, Maiakovski o Isaac Babel;  Refundación del PCE y crítica estalinista que quizás sean dos de sus grandes aciertos políticos e intelectuales. Me he leído otros libros suyo como "Veinte años y un día"  (único libro suyo escrito originalmente en castellano), "El largo viaje" y "La escritura o la vida", quizás este último el que más me haya gustado, aunque reconozco que en los libros que de él me he leído pareciera que fueran el mismo a l ser recurrentes sus referencias directas o indirectas tanto a su estancia en el campo de concentración de Buchenwald, como a su militancia comunista, en la Resistencia Francesa y luego antifranquista. Por esa misma época en la que yo empecé a conocer quién era Semprún, éste era ministro de Cultura (1988-1991) en uno de los gobiernos socialistas de Felipe González, aunque bien pudiera ser, como demuestran sus obras literarias, que ni el mismo Semprún supiera quien fue, puesto que a lo largo de su vida tuvo que jugar distintos papeles y contruirse distintas identidades para poder sobrevivir en la clandestinidad, esta idea la de la falta de identidad y el compromiso político total, que rompe la vida personal y causa angustia casi existencial, se muestra también en la película de Alain Resnais, "La guerre est finie", en el que Yves Montand hace de alter ego de Semprún (militante comunista en Francia y España al que su pasado  no abandona) y donde el drama y la angustia más que del campo de concentración es del recuerdo del viaje hacia el mismo, en el que haber estado encerrado varios días viajando hacinado con prisioneros que van muriendo y sin destino conocido en un vagón de ganado no se olvida jamás. Jorge Semprún colaboró como guionista de ésta y otras películas de Resnais, Joseph Losey o Costa-Gavras, como "Z", otra gran película. A propósito de "Z" y  Costa-Gavras, Semprún conecta con la crítica a otros totalitarismos como las dictaduras de extrema derecha de finales de los 60, 70 y 80 "sudmediterranéas" (Grecia y Portugal) y sudamericanas (chilena, argentina, uruguaya, brasileña, paraguaya). Referencia indirecta pero que ayuda a entender películas de Costa-Gavras donde esa crítica está como "Estado de sitio" o "Missing/Desaparecido", en las que Semprún no interviene pero cuya huella es muy evidente y profunda. En referencia también a la relación entre Semprún y el cine, es curioso comprobar como un amigo suyo, Juan Antonio Bardem, incluyó su figura en otra película, "Calle Mayor", donde es el amigo que viene del extranjero a visitar la capital de provincias, único amigo de verdad y coherente del protagonista. De Semprún se puede decir muchas cosas, pero con resaltar su alto rigor intelectual y compromiso político en su denuncia de los fascismos y totalitarismos, con recomendar su lectura, leer alguna entrevista y, sobre todo,  no olvidar su figura, creo que es suficiente. Interesante también ver la siguiente entrevista a la Radio Nederland Internacional en español y el programa de "En Portada", "Semprún: lección de historia".

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