miércoles, 18 de julio de 2012

La dictadura de los móviles y de las redes sociales

A lo mejor el título de mi entrada es algo contradictorio: escribir en un blog sobre móviles y redes sociales quizás sea un tanto ventajista e ir a favor de corriente, quizás no tanto despotricar o criticar su uso. 

En el primer caso, el hablar de lo que está más a la última moda tecnológica y "mediáticamente" como se dice ahora, está la línea y la idea principal del programa de La2 "La Nube", por cierto, en mi opinión, más pretencioso y vacío de lo que realmente aparentaba al principio. Pero quizás esto sea un signo de los tiempos, en los que se quiere hablar y abarcarlo todo, aunque sea superficialmente más que profundizar en algo concreto, lo cual parece resultar a la mayoría algo tedioso, muy aburrido. Es la dictadura de lo inmediato, de lo interactivo, de lo superficial. Me gustaría parar aquí, para no caer en la misma pretenciosidad que estoy criticando negativamente. Solamente seguiré un poco más, para hacer autocrítica y constatar, que yo mismo, escribo más últimamente en las redes sociales que en mis blogs, que quizás se estén convirtiendo en el refugio de los exquisitos, de los que analizan en profundidad las cosas en Internet (ahora sí con mayúsculas). Pero claro, todo el mundo busca su público, y es difícil aguantar mucho sin ningún comentario que no sea un spam descarado o promocional de otro blog. He comprobado en las dos últimas semanas, al hacerme con un smartphone, modesto para lo que ahora se estila, que la tentación es grande, al buscar en la última tendencia tecnológica, en la última aplicación, tenerlo "todo" en el móvil: llamadas, acceso a internet para correo, redes sociales..., consulta de información, música, etc. Parece difícil abstraerse de todo ello, cuando es fácil, relativamente barato y está al alcance de un "click" o un arrastre de dedo, ¿qué reflexión hay en ello? Más si cabe si a todo esto se añade, que lo tecnólogico también puede tener su vertiente de concienciación y movilización social, puesto que esta última se nutre cada vez más y descaradamente de la movilización en las redes sociales, haciendo una suerte de ensimismamiento colectivo en el cual si no estás movilizado en las redes sociales no eres nadie "concienciado socialemente", o al menos no tanto como otros (el movimiento "15M/Indignados" tiene mucho de eso, creo yo), te conviertes, eres un marginal, un desclasado o, lo que es peor un consumista no concienciado. Cuando todos los usuarios de Internet, somos consumidores, estamos dentro de unas corrientes dominadas por multinacionales, tanto o más que si estamos hipotecados, alquilados, vayamos en coche o compremos en un centro comercial. A su vez, en el terreno más prosaico y cotidiano, se puede comprobar, yo al menos, lo he comprobado, el hecho es que cada vez más en conciertos de música, estancias en la playa, en general en momentos de ocio, se puede ver como muchas personas están más pendientes de interactuar o comunicar lo que están haciendo o sintiendo, más que disfrutar más a fondo del momento supuestamente feliz, interesante o emotivo que están viviendo. Para algunos otros, no hay nada mejor, como no tener móvil moderno, tener falta de cobertura o de batería, para sentirse todo un privilegiado, un diletante romántico pleno de sensaciones. Y estoy hablando de gente relativamente adulta, de los jóvenes adolescentes, mejor ni hablemos, aunque haya dignas excepciones. Es como si tuviera que haber un apocalipsis, a lo Ray Bradbury en "Fahrenheit 451", para darnos cuenta del valor de la conversación, de la polémica dialéctica bien entendida, de la lectura de libros, del contraste de ideas y pareceres sin matarse por ello. La tontería llega a tal extremo, que si no se está aislado en una remota montaña sin cobertura de móvil o internet, no se puede disfrutar de contar una historia o de jugar a un parchís con los amigos. Sólo hay tiempo para los demás cuando no hay modo de acceder a las nuevas tecnologías. En mi trabajo docente, compruebo esta triste realidad casi a diario en la mayoría de mis alumnos/as adolescentes.

El segundo caso, en el que ya he entrado bastante en parte, es el de la crítica (negativa) de su uso. En el mal uso que se hace de manera generalizada, de las nuevas tecnologías, al caer en tener o creer tener la sensación de pertenecer a un colectivo o una red de amigos (reales o no, es lo de menos) de manera permanente e inmediata. Como si el estar solo, reflexionar e interiorizar las ideas no fuera bueno. Es más en las reuniones sociales también empieza a evidenciarse la mala costumbre de mucha gente que no presta atención al resto de las personas con las que están compartiendo una cena, una fiesta o cualquier otro evento social, sean éstos conocidos, amigos, compañeros de trabajo o familiares. Ciertamente pueden servir de excusa para quitarse a alguien pesado de encima, pero sinceramente, la mayoría de las veces es porque no somos capaces de concentrarnos unos pocos minutos en algo que no sea una pantalla táctil con luces y colores brillantes. Y esto es un poco triste, la verdad. No quiero caer en el esnobismo o en la cursilería, pero será que algunos aún creemos en el poder de la palabra.

Bueno, termino ya, para no cansar a los posibles lectores de estas líneas, despidiéndome, pero sólo por poco, ya que pienso retomar este blog mucho más a menudo. Aunque no me leáis muchos, ¡qué bien me viene escribir en un blog! Un saludo a todos/as..., si aún seguís ahí...

2 comentarios:

Manuel Marcos dijo...

Los tontos mediados por la inmediatez de lo que hacen. Esto puede pasar también delante de un libro, que es una herramienta tecnológica también. Saludable ejercicio de reflexión, me alegra pensar que tus alumnos reciben, de vez en cuando, de esta medicina de dudas razonables. Un abrazo.

Manuel

Óscar dijo...

Gracias por tus palabras, si no fuera por las dudas razonables y la duda metódica, ¿qué haríamos? Un abrazo.