lunes, 25 de febrero de 2008

Lo que se desea, lo que molesta y lo que gusta

Hoy apenas hablaré de la obra escultórica de la imagen: el David de Miguel Ángel, en la Academia de Florencia, uno de los cúlmenes del Renacimiento y de la escultura y el arte universal (o al menos de nuestra cultura occidental). Más bien me sirve de excusa para hablar de lo que se desea, incluso o más bien porque es difícil de obtener o no se llega nunca a alcanzar. Me explico: quiero viajar a Italia, entre otras muchas cosas para ver esta obra. Lo que no sé es cuando, es más bien un deseo, deseo viajar a Italia, sólo o acompañado, visitar Roma, Florencia, Venecia, Nápoles, sin prisas incluso sin itinerario fijo. Sé que no es difícil: sólo tengo que reservar un vuelo y hoteles, encontrar unos días o semanas y está listo, pero quiero ganarmelo como un premio. Estamos demasiado acostumbrados a conseguir lo que queremos, sobre todo los adolescentes, pero también los adultos, apenas nos cuesta conseguir lo que deseamos.

Y eso me lleva a otra cuestión: los adultos no estamos "infantilizando", creemos ser más jóvenes de lo que somos, nos damos "caprichitos" casi a diario, pero cada vez apreciamos menos las cosas, compramos no valoramos, esfuerzo, dedicación y paciencia parecen haber salido de nuestro vocabulario y nuestras cabezas. Uno quiere ir al cine o ver la tele y predomina lo banal, lo vacío e insustancial. He llegado a pagar para ver una película con gráficos de consola de video-juego ("Beowulf") cuando yo quería ver un film épico y encima rodeado de borregos malcriados y viejecitos flatulentos en una sala no muy llena, es decir una absoluta tomadura de pelo.

Se pierde el nivel de las conversaciones: es triste comprobar que poca gente incluso adultos de los que presupones un cierto nivel cultural tiene una conversación agradable o interesante, que se salga de lo rutinario, de la pseudopolítica partidista, de batallas dialécticas insulsas, de series estadounidenses que nada tienen que ver con nosotros (o al menos conmigo, que si "Perdidos", que si "House", que si "Mujeres desesperadas"), o españolas tan aburridas como "Cuéntame" o "Física y Química" que por los anuncios vomitivos y de mal gusto parece una especie de "Lolita" al revés en un instituto con una profe cachonda con sus jóvenes alumnos. Por no hablar del maldito fútbol (por cierto, en los tiempos que corren es prácticamente imposible tomar un café o té un domingo por la tarde sin estar rodeado de tarugos bramando con el volúmen del televisor a toda potencia) o del arrabalerismo llamado "del corazón", casi nadie es capaz de decir palabras tan poco difíciles de memorizar como "increíble", "asombroso" o "inaudito" en vez de repetir sin cesar "¡qué fuerte!" u otras lindeces como "de que" o "tema" cuando no viene a cuento o esté mal empleado. El vocabulario, las ideas y las conversaciones se empobrecen demasiado, da la sensación de balbucear más que charlar o conversar. No me considero ni creo que soy ni un elitista ni un clasista, ni un intelectual, ni mucho menos un soberbio que se crea superior a nadie pero tampoco un botarate atontado, la estulticia, el mal gusto y las malas formas no me gustan, las soporto, mal que bien.

Lo veo a diario: en el trabajo, en la calle, en los bares y cafeterías, conduciendo. Desgraciadamente se salvan pocas personas en los pueblos y ciudades. Por favor, señores/as: Hay que leer, escuchar música, viajar, conversar, pensar, reflexionar, conocer gente más allá de tu círculo más cercano, aparte de cagar, mear, follar, comer o beber, que por cierto son verbos y acciones tan útiles como las que propongo. ¿Y qué tiene que ver esto con Miguel Ángel, el "David" y mi viaje a Italia? Pues no sé, pero aquí lo he soltado...

P.D. Estoy escuchando la sublime y delicada "Street Hassle" del nada elitista y bastante oscuro Lou Reed.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

totalmente de acuerdo con tu texto. Ya te lo he comentado por fotolog (y otra cosilla más), pero lo digo también aquí, que haya constancia de que has "sido escuchado".


Un saludo

Manuel Marcos dijo...

hola oscar, soy tu primo manuel marcos...rebeca es la receptora de estos poemas, voy a ver tu blog, hasta pronto

Anónimo dijo...

de acuerdito, inaudito.

José Alfonso Rueda dijo...

Yo también deseo viajar este verano, cuando pasen las oposiciones. Y conste que me lo tomo como algo que me habré ganado, independientemente del resultado que obtenga (que, por supuesto, será la plaza de funcionario).
Respecto a las conversaciones con sustancia, no hay como aquellas que se toman en torno a una buena cerveza o botella de vino. Sí señor, sobre todo a la quinta copa.

Viridiana dijo...

Concuerdo contigo,el carácter interesante de las conversaciones se ha perdido entre las referencias a programas basura (que tarde o temprano todos vemos, pero que no todos incluimos en las pláticas), y los monosílabos o el argot en boga, ni modo, mal de estos tiempos remedios de tiempo antiguos, así que todos a conversar , seguramente más de uno tiene algo que decir que no implique programación de TV o calificativos de moda.

por cierto, buen blog